La opinión de un aficionado: ¿Por qué me gusta Olympus?

Recientemente, el compañero José Luis Morán Cabezas ha publicado una interesante entrada en el grupo de Facebook Uro_usuarios de Olympus.

Yo me he sentido muy identificado con lo que dice, y con su permiso, la reproduzco aquí.

¿POR QUÉ ME GUSTA OLYMPUS?

Básicamente lo definiría en una frase, me da libertad.

Es cierto que hay otros formatos que quizás en determinado tipo de fotografía, den algo más de calidad y quizás en el sector muy profesionalizado sea importante, pero creo que no tanto en el aficionado medio, el que exige cierta calidad, pero al tiempo quiere versatilidad.

Confieso que yo fui durante mucho tiempo usuario de Nikon, pasé por APSc y por FF, siempre con objetivos de gama alta. Y no puedo negar que estaba bastante satisfecho, hasta un tiempo en el que ya todo me empezaba a pesar. Dios… los años no pasan en valde.

Hube de cambiar o dejar de hacer fotos de manera asidua. Miré mis alternativas y opté por Olympus, sin saber exactamente cuales iban a ser las diferencias. Cierto que como suelo decir, hice un cambio de cromos, pasé de objetivos de pata negra a lo mismo en Oly.

La primera sensación que percibí, fue el peso, mi mochila bajó un 40%. Pero tenía miedo a los resultados, pensé que la calidad de mis fotos iba a decaer, ya sabéis aquello de FF o la nada.

La primera sorpresa que noté, fue en algunas fotos de exterior, recuerdo recoger un temporal de mar, y ostras, no vi diferencia con otro que tenía de un año antes. Mi primera alegría.

La segunda sorpresa y esta si fue más grande, es cuando fui a hacer una obra de teatro donde no podía llevar flash ni trípode, tenía que hacer todo a mano alzada, pensé… menudo chasco que se van a llevar. Pues nada más lejos, al contrario, logré unas fotos perfectamente enfocadas, nada movidas a pesar de las bajas velocidades y con un ruido muy controlado teniendo en cuenta que trabajé con ISOs intermedios. Fue cuando empecé a ver las bondades del formato y a creer que con él iba a poder llegar a realizar fotografías, que con FF me costarían más esfuerzo. Empecé a ver la tremenda versatilidad de este pequeño sensor, pero estaba todavía lejos de a donde me iba a llevar.

Supuse que al empezar con las nocturnas se me iban a acabar las alegrías, quise probar con unas fotos que había hecho con Nikon FF en un pueblo cerca de donde vivo. Fotografía descansada, pero con luces de ciudad, a ver que pasaba. Me gustaría enseñar los resultados, pero entonces haría este relato interminable. De nuevo me llevé una gratísima sorpresa, no podría comentar cuales fotos me gustaron más, si las de Nikon o las de Oly, cierto que tienen un “look” diferente, pero compraría cualquiera de las dos, y ya me estaba metiendo en el terreno nocturno, ese que dicen los gurús del FF, que con un sensor pequeño tienes que olvidarte, a veces me pregunto, si alguna vez lo han probado realmente o hablan de memoria y con prejuicios o simplemente, no saben usarlo. Si es cierto, que hay que entender el formato y acostumbrarse a él para sacarle todo lo que tiene, sobre todo si venimos de otros mundos.

Todavía me quedaba terreno por recorrer y es el del magnífico software de esta cámara. Mi primera incursión con el live composite, fue alucinante y confieso que no soy un lightpainting, que es donde creo, se le saca el mejor rendimiento. Fue haciendo una circumpolar, me quedé extasiado viendo cómo iba dibujando en tiempo real las trazas en mi pantalla, cuando decidí que era suficiente la paré y me dije… veremos cuando llegue a casa como se ve. El resultado fue impresionante, una fotografía de trazas sin apenas ruido y con una calidad buenísima, recuerdo mis tiempos en réflex, esperando 50 ó 60 minutos con un intervalómetro, a ver que ocurría, (fotografía a ciegas), tendría que esperar llegar a casa para comprobarlo, después de una aburrida sesión (una hora sin hacer nada).

Tiempo más tarde probé con los fuegos artificiales y de nuevo comparados con los que hacía con réflex y tapados, no noté diferencias de calidad. Trazas de coches, lo mismo. Estaba por aquel entonces, en una lucha de comparativas (ya lo he dejado)

En una ocasión logré captar una tormenta, por mi tierra son escasas y nunca fui capaz de lograrlas. Se dieron unas condiciones estupendas, fue a última hora de la tarde, solo tuve que poner el modo LC, parametrizar convenientemente y esperar que ocurrieran cosas en mi pantalla. Hice tres o cuatro tomas excelentes.

Mi siguiente paso fue meterme en macro, nunca había practicado esta disciplina. Simplemente no hay color, la ventaja es tan evidente, que casi es de risa. Nuestra PDC va a favor de obra, pero sobre todo el horquillado de enfoque es una auténtica bendición, eso de decir… apunta aquí, haz x disparos, separando foco a x distancia y que todo eso te lo haga en un instante de manera automática, es la leche.

Bueno, hay muchísimas cosas más, como el HDR automático y sobre todo el Pro capture, que es un apartado que todavía no probé, pero en naturaleza los resultados que he visto son ciertamente sorprendentes, coges secuencias nada fáciles.

Y todo eso por no hablar de poder hacer fotografías a unas velocidades impensables, a las que ningún otro sistema llega.

Cierto es, que mi cámara inicial ya fue la gama alta cuando entré, EM1 II de Olympus, y que mis lentes todos son de la serie PRO, (excepción del macro) pero lo mismo que cuando estaba en réflex.

Una de las cosas que decían, sobre todo los del sistema réflex, es el enfoque, hoy esta cámara no tiene ningún problema de competencia en ese apartado de enfoque continuo. Hablo, claro está, las de la gama alta, que ya disponen del enfoque por contraste y detección de fase y en las últimas muy optimizado.

Si que es cierto que el comportamiento ante el ruido, es más eficiente en formatos grandes que en pequeños, obviamente como en otras cosas de la vida, en este apartado el tamaño si importa. Pero no es menos cierto que el ruido de Olympus, es muy uniforme y estable y con un buen plugin de lavado, se corrige sin el menor problema. Y en todo caso también existe la posibilidad de hacer fotografía de alta resolución (solo cámaras de gama alta) en que podemos obtener Raw de hasta 80 megas, con una calidad y ausencia de ruido que compite de tu a tu y supera a sensores grandes en cámaras de gama alta y resoluciones de 40/50 Mpix, incluso se atreve con el formato medio. Cierto que solo está indicado para fotografía estática o con un movimiento mínimo. Pero ahí está.

Pues bien, no solo conforme con el resumen dado. Ahora he dado un saltito más, comprando la última de la serie, EM1 III, en la que la calidad no ha variado, pero si las prestaciones. No conforme con lo que tenía, han añadido, algunas posibilidades más, que todavía estoy probando (me cogió la maldita pandemia por el medio). Enfoque preciso al ojo, Disparo HR a mano alzada, Enfoque a las estrellas, filtro ND incorporado de hasta cinco pasos. Amén de alguna cosa mas. Como duración, limpieza mas eficiente, mejor sellado etc.

En resumen, dispongo de una cámara que me permite dirigirme a cualquier ámbito de la fotografía, en unas condiciones, en mi opinión, mucho mas favorables que en los mal denominados formatos profesionales.

Y todo eso por no hablar del gran rango de objetivos de producción propia, incluido cristales, considerados de lo mejor del mundo. Y la resistencia de las cámaras/lentes a las inclemencias adversas.

Esto es lo que Olympus me ha dado y espero que siga haciéndolo. Entiendo que los Canikon, Sony y demás sean escépticos, yo también lo fui en su día, pero porque hablaba sin saber.

Esperemos que la próxima venta de la sección de fotografía, sea una solución y no un problema. Ninguna empresa al cabo del tiempo puede estar soportando pérdidas de manera continuada. A mi Olympus me sigue dando cierta confianza, porque siempre ha hecho las cosas de manera muy pública, en tal sentido, me parece una empresa bastante honrada y no creo que quiera dejar tirados a sus clientes, que sabe que también son leales.

Nada más, es un poco largo, pero tenía ganas de expresarme, después de la bomba de estos días.

Por descontado se admiten opiniones tanto a favor como en contra, siempre desde el respeto.